martes, 16 de diciembre de 2008

Ojos inquisidores

Lejano todo menos tu lengua, tus labios, tus dientes. Atrincherada tu mirada en esos ojos negros. Te busqué donde te vi la primera vez. Y te encontré. Te invité a dormir y te negaste. Entonces te ofrecí una corrida de toros. Y la batalla ganó las calles, las veredas, los palieres, un taxi y mis rincones.
Nunca supe nada de vos. No importaba que hables poco. "Me enamoré de vos pero no de vos, no se como explicarte" balbuceé hundida en tu pecho. Reíste y más me enamoré. Hasta la clavícula metida en el barro del que nada podía nacer. Reíste cuando saludé a mis vecinas con total desfachatez y el sol del mediodía tragó tu ser, sin sombras que me dieran pistas de tu rumbo.
No te volví a ver.

lunes, 15 de diciembre de 2008

Transatlántico

- ¿Por qué no tenés una cama más grande?
- (No puedo decir "no se") ...porque duermo sola, o porque soy estudiante, o sea pobre...
- Mantenida. Yo también vivo solo y tengo una cama grande...podes dormir cruzado....
- La cama grande favorece el alejamiento de las personas (ya olfateaba la falacia mientras la decía)
- No porque te haría así (me empuja...ya hace calor carajo...me quiero bañar y seguir durmiendo)

lunes, 8 de diciembre de 2008

La placita

La placita no es solo el lugar de las risas y corridas alegres. Es el caldo en que fermenta la angustia de las madres. El humus de llantos bruscos, espasmos de polvo y moco. La pesadilla de mujeres obsesivas con la pulcritud. El espacio que conjuga dolor y placer en esos pequeños sangrantes. Es el postre del helado del sábado por la tarde, latifundio a explorar. Lágrimas efervescentes y rodillas peladas. Es tierra entre las uñas y palomas kamikazes.
Es tarde de domingo en que se miden las destrezas trepando, saltando de las hamacas en su cenit. Es rebelión en la que el pelo y la transpiración tatúan rostros desdentados. Es el lugar a donde voy todavía cuando no se cómo me siento. El olor de la herrumbre de las cadenas y la tersura de la tabla, pulida por miles de culos, mecen mis recónditas preocupaciones. Y las esfuman. Mi mamá ya no me reta por volver con las zapatillas llenas de tierra. Domingos llanos de hoy.
Extraño la placita.

miércoles, 29 de octubre de 2008

Tun, tun, tun. Reverbera en su caja torácica con los bríos de cascos herrados astillando adoquines. Calláte por favor. Cerrá las válvulas, sellá las salidas. Emergencia vital.

No es materia ni energía. Es información. La información es información. Tautología, perogrullada.

Shut the fuck up! No cielito, no llores, no hagas barullo, no mi amor. Toma mi pulso y acoplate. Así...así vida. Vos podés cuando querés sonsita. Limpiate la saliva, a ver allí en la orejita, con diligencia perra!

No, no, no. No quise gritarte. Cortá la soga, te dejo, dale..., eso es. Hilo de algodón esta vez, nada de nylon, ves cómo te cuido?

Ahora dormi. Así...cerrá los ojitos, limpiate los mocos y descansá. Mañana al despertar voy a estar acá. Dormí...si podés.

lunes, 6 de octubre de 2008

La borra del café

Esa sustancia de desecho, resto de un proceso que no debería pulverizar pero lo hacía, no podía decirle nada. Porque la cafeomancia y todas las mancias, en primer lugar, solo lograban enervarla a ella que, desesperadamente, intentaba tender alguna lógica conocida sobre sus aconteceres (dejando un alto porcentaje al azar, algo así como un tresporciento).
Poca estrella, inexistente ecualización de energías, miró la hora y recordó que tenía que ir al banco. Al día siguiente tenía sesión con su terapeuta. Los problemas existenciales no le harían desperdiciar un puto vatio más.
Si al fin y al cabo estaba sola
sola
sola
sola
.
.
.
Como llegó a este mundo, y como se iba a ir de él.
Exceptuando la coraza, que necesitaba conservar.

lunes, 29 de septiembre de 2008

A prenderme fuego

Un esqueleto de antigua cama con su elástico herrumbrado hacía de parrilla comunitaria. Pululan personajes venidos de los cuatro acantilados donde nace el viento. Botellas descartables recortadas hacían las veces de generosos vasos. Podía observarse la artesanía de cada quién dándole forma para evitar derrames y comisuras lastimadas. La tierra que se levantaba con ráfagas de entre los arbustos carbonizados daba un telón de fondo a los sonidos de bombos y redoblantes. Gargantas con todas las tonadas posibles cantaban la alegría en este Woodstock emplazado en el desierto puntano. Un estadio enmarcado por montañas incubaba la gran fiesta.
Caras tiznadas, anteojos negros, espaldas entintadas lucían con orgullo la simbólica que nos convocaba. Banderas que hacían honor al lugar de procedencia se exhibían estaqueadas en el lugar elegido para "parar". Brebajes oscuros y almas encendidas.
Celulares que traicionaban las ganas de encontrarse, remediadas en parte por la fraternidad que brotaba de cada poro. Sonrisas etílicas, pasos inciertos, caravanas incesantes que arribaban con peregrinos en éxtasis. No se puede hacer saber, no se puede ensayar algo que se salga de la anecdótica descripción.
Después, a la hora de bailar, cuerpos mutando y encontrándose en la clandestinidad, anonimato bestial que amaina cualquier resto de cordura. El alma concupiscible se devora al alma irascible y al alma racional.
Y vuelvo a casa con mi psykhé cauterizada, viejos males ya no la atormentarán. Catarsis y placer.

miércoles, 24 de septiembre de 2008

Saliendose de la blusa

El corazón ya me palpita descontrolado.
Se coronó pensamiento recurrente, deseo indómito, como ningún otro se logró imponer en mi psiquismo.
Sorda a lo que no sea rock.
El sábado vuelvo a nacer.

martes, 23 de septiembre de 2008

En la sobremesa se escuchó...

...plantar un árbol, tener un hijo, escribir un libro, donar un órgano, hacer un menage a trois... de una boluda, las cosas cambiaron!

jueves, 18 de septiembre de 2008

Como esa

Era su fetiche. La soñaba, comentaba sobre ellas a sus amigas dejando traslucir su deseo en el brillo de sus ojos, en la tensión de su voz cuando ésta soportaba la emisión de su nombre. Recordaba el día que la conoció. Fue en una sobremesa en casa de su amiga Paula. El amor la fulminó. No podía creer la maravilla que veían sus ojos. Dejó de hablar de ella cuando se vio objeto de burlas por parte de quienes no la comprendían. Como siempre en estos casos, terminó por convencerse de que no valía la pena participar a nadie de tan puro sentimiento.

Desde entonces la veía por doquier. En cada escaparate donde intuía que podría encontrarla se frenaba nerviosa, medía a los transeúntes con la mirada, y se acercaba al vidrio. Extasiada, podía contemplarla una y mil veces. De hecho lo practicaba asiduamente. El universo circundante se desvanecía y puedo decir, sin exagerar, que algún contingente observador, con una pizca de suspicacia, habría podido ver entre ellas una línea, un fino cordón de luz durante esos rounds visuales. Lazo amoroso que se ve, que se respira, que se toca. El rito finalizaba cuando algún transeúnte se acercaba para mirar el escaparate, y sintiéndose invadida, se veía obligada a seguir su camino.

Siempre era igual, aunque cambiara su tamaño o del plateado al negro. Pero aún mutando no se libraba de ser encontrada y admirada. La veía como figura en las películas, y su anatomía opacaba incluso el drama más desgarrador que pudiera estar contando la escena. La veía en video clips musicales. La buscaba en las casas de quienes la invitaban. Si la descubría como propiedad de otro sólo le dedicaba unas miradas furtivas. No la nombraba, pero se sentía en una especie de comunidad espiritual con el dueño de casa, aunque fueran solo conocidos.

Le adjudicaba mágicos poderes. Entre ellos, la habilidad de influir sobre el psiquismo de un grupo de personas que se le pusiera a tiro, de animar cualquier velada. Sabía que podía, con su silente presencia, arrancarle confesiones a cualquiera, secretos intrigantes, inimaginables, de madrugada o a plena tarde. Tan omnipotente la estima.

Quiso, en un momento de despecho, virar su deseo hacia una apócrifa. Pero la congoja que supondría el sentirse infiel y pecadora la salvaron de resignarla. No pudo. Tantas veces le había imaginado su destino, y hasta la había coronado reina de sus dominios. La veía corazón de las reuniones que pensaba organizar en un futuro, en el que fuera su nuevo hogar, la presentía dándole ánimos en las largas noches de estudio, confortándola a ella y a quienes la rodeaban.

Llegó el día. Decidida a traerla consigo a cualquier precio, bajó por el ascensor hasta planta baja. Salió a la calle y casi que corrió a su encuentro. Cruzó la puerta de doble hoja, sacó un número (El 58 le tocó. Le gustó que termine en 8, su número preferido) y se ubicó estratégicamente al lado de un estante, a la espera del dependiente que iba a ser el médium de su acoplamiento. Cuando un hombre panzón llamó su número, le hizo señas levantando el papelito y con la espalda recta, la voz inflexible y un resabio de solemnidad dijo, señalando su objeto de deseo: -Quiero una cafetera como esa.

(Mientras termino de escribir esto estoy disfrutando del producto de sus entrañas. Sé que ese cuerpo argento y generoso que refulge sobre la cocina nunca me abandonará. Ni yo a ella. Sepa usted, lejano lector, que probar su hirviente brea engualicha. Ah… ¿No me cree? Considérese advertido.)



lunes, 8 de septiembre de 2008

La rosa de cobre

Todavía no me sale. Queda por plasmar ese desvelo arltleriano. Sino puedo probar con los perros de colores increíblemente premonizados. O con inventar algún sistema de creencias que permita a la gente encontrar un rumbo, evitar el tirarse a la bartola y a mi, dominar el mundo.

Se engancha alguien? Necesito cafishios y buscadores de oro.

sábado, 9 de agosto de 2008

andá vos, a estudiar topología lacaniana


que es tan útil...
[prefiero estudiar fractales o galvanoplastía]

viernes, 8 de agosto de 2008

Identidad II

"La tarjeta de crédito es el DNI de los consumidores"



reflexión: para la sociedad de hoy, yo soy una indocumentada.

domingo, 3 de agosto de 2008

Cuidado

El ID phishing llegó a la vida real. Están advertidos.

miércoles, 30 de julio de 2008

Quiero robar

una vida en la que soy dueña de una librería y atiendo cuando quiero descansar de leer y leer todos los libros que quiera y que son míos, míos, míos. Y no tengo otra cosa que hacer que leer y leer y leer. Y escribir si me apetece, y dormir si me llama la cama king size con sábanas de hilo, almohadas de plumas y desayuno, al levantarme, con café y tostadas con manteca.

miércoles, 23 de julio de 2008

En media hora le tiene que estar llegando su pedido. Muchas gracias

y si en esa media hora que tarda el envío me muero de angustia? ehh telefonista...? y si el helado llega demasiado tarde y me encuentra espichada? ehh...??!!??

jueves, 17 de julio de 2008

Martes Menta*

Hoy tu pollera gira al viento
quiero verte bailar
entre la gente, entre la gente
quiero verte bailar...
No importa tu nombre si me puedes contestar
son tantos tus sueños que ves el cielo
mientras te veo bailar...

Hoy tu sonrisa es limpia y gira
quiero verte bailar
entre la gente, entre la gente
quiero verte bailar...
No importa tu nombre si me puedes contestar
son tantos tus sueños que ves el cielo
mientras te veo bailar.
(tema de Spinetta que escuchábamos hecho por Martes Menta)

* Tiene gusto a cigarrillos fumados a escondidas, a cerveza del gollete en el patio de una amiga, ruido de pasacasette, dolores de quemaduras rituales con brasas tabáquicas, alegría primaveral etilicoidal, ropa psicodélica, retro, vintage (que no sabíamos nombrar, la usabamos y ya), medias negras corridas sin propósito...abrazos beodos, meos en jardines ajenos, es brisa de la adolescencia temprana.

miércoles, 16 de julio de 2008

La otra vereda

- Y bueno, me encanta, el pendejo está re bueno...
- ¿Cuántos años tiene?
- Veinte...
- Jaja el pendejo se está comiendo una vieja, debe estar flasheando!
- Hija de puta...nunca decir "¡Que bien! te estas comiendo un pendejo"

martes, 15 de julio de 2008

Peligroso adicto color Activia

Barney es un dinosaurio
loco y demente
fuma marihuana
y se come a la gente.



Posta.

domingo, 13 de julio de 2008

Melifluo

Cuando veo/escucho/beso/toco/palpo/rasguño/acaricio cosas lindas, me dan ganas de bailar.

  • Que sea jueves. Que te encuentres con mi boca de sopetón.

miércoles, 9 de julio de 2008

Round 1

Pechos estaqueados.
Cabellos tensados.
Abdomen besado.
Cuello doblegado.
Tobillos agazapados.
Furia contenida.
Montura frescamente rítmica.
Altanería y soberbia
De quienes se saben bellamente gozosos.


Y unas bocas que parecían conocerse desde siglos atrás, antes de nacer quizás. Así de cómodo era verlos besarse, en el bar, de pie.

lunes, 7 de julio de 2008

00:50 terminal de Rosario, andén 21. A su memoria

Los locos de la terminal. Los alienados. A los que "sueltan" del Agudo para que, según se cree, salgan a pedir monedas. Monedas que nadie les da. Los locos. Los que miramos siempre, siempre, siempre de reojo. Como si el contacto visual con ellos ensuciara, contagiara locura.
Siglo veintiuno. La locura es contagiosa (pensamos). Los locos solo dicen idioteces o necedades sentido (creemos).

Necesitamos segregarlos. Lo hacemos todos y cada uno de nosotros, tremendos pelotudas y pelotudas. No los oímos, porque escuchar sus obscenidades enturbia la razón. Contagia. Peor que a los sidosos los tratamos. Porque a los sidosos los miramos y oímos en el colectivo cuando rezuman miserias. Tampoco los tocamos. Ni hablar.

Nadie piensa en qué sufrimiento se esconde detrás de esas caras crispadas-manos inquietas- piernas bobas-bailarinas-bocas epilépticas.

Es mentira lo que me contaron. Es mentira que nos compadecemos de ellos. Los invisibilizamos cada día, toda la puta sociedad. Incluida la mar de pelotuda que escribe esto.

Perdón señora pasajera suspendida en el andén 21, perdón por mirarla fijo y sostenerle la mirada. Perdón por observarla e intentar dilucidar qué tormentos esconden sus bártulos tan prolijamente atados, apilados y ordenados. Perdón por no haberlo hecho antes.

¿Y todo por qué? Porque les tememos, ya que en el instante a solas con su mirada brilla la verdad enterrada. Y recordamos que nadie esta a salvo de la locura. Bello assertum.

miércoles, 2 de julio de 2008

Yo hago lo mío y tú haces lo tuyo.
No estoy en este mundo para llenar tus expectativas
Y tú no estás en este mundo para llenar las mías.
Yo soy yo y tú eres tú.
Y si por casualidad nos encontramos, es hermoso.
Si no, no puede remediarse.

Fritz S. Perls (1893-1970)