lunes, 8 de diciembre de 2008

La placita

La placita no es solo el lugar de las risas y corridas alegres. Es el caldo en que fermenta la angustia de las madres. El humus de llantos bruscos, espasmos de polvo y moco. La pesadilla de mujeres obsesivas con la pulcritud. El espacio que conjuga dolor y placer en esos pequeños sangrantes. Es el postre del helado del sábado por la tarde, latifundio a explorar. Lágrimas efervescentes y rodillas peladas. Es tierra entre las uñas y palomas kamikazes.
Es tarde de domingo en que se miden las destrezas trepando, saltando de las hamacas en su cenit. Es rebelión en la que el pelo y la transpiración tatúan rostros desdentados. Es el lugar a donde voy todavía cuando no se cómo me siento. El olor de la herrumbre de las cadenas y la tersura de la tabla, pulida por miles de culos, mecen mis recónditas preocupaciones. Y las esfuman. Mi mamá ya no me reta por volver con las zapatillas llenas de tierra. Domingos llanos de hoy.
Extraño la placita.

6 comentarios:

  1. Con los años cambian su fisonomía... pero siempre habrá una placita donde comer un cono de nieve y poder preguntarnos por lo que sentimos.

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  2. ya leí esto antes Valentina o estoy enloqueciendo?

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  3. No no jaja es del blog que asesiné hace un tiempo...ya voy a escribir algo más fresco

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  4. Ya me parecía haber leído eso, compañera...
    Que vuelva a postear es un comienzo. Extraño leerla.

    UAP, gurisa.

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  5. Yo ya lo lei tambien ,Si a mi me parecia q me estaba volviendo loco jajaja.. bue en fin si nunca nos corrieron por jugar al futbol en la plaza jajaja.un beso

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  6. Las plazas y las madres ya son todo un ícono, amiga.
    Comparto en que es bueno volver a leerla.
    Y yo no había tenido el gusto de conocer este texto en su formato original.
    Brindo por el regreso.

    Besos

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