lunes, 6 de octubre de 2008

La borra del café

Esa sustancia de desecho, resto de un proceso que no debería pulverizar pero lo hacía, no podía decirle nada. Porque la cafeomancia y todas las mancias, en primer lugar, solo lograban enervarla a ella que, desesperadamente, intentaba tender alguna lógica conocida sobre sus aconteceres (dejando un alto porcentaje al azar, algo así como un tresporciento).
Poca estrella, inexistente ecualización de energías, miró la hora y recordó que tenía que ir al banco. Al día siguiente tenía sesión con su terapeuta. Los problemas existenciales no le harían desperdiciar un puto vatio más.
Si al fin y al cabo estaba sola
sola
sola
sola
.
.
.
Como llegó a este mundo, y como se iba a ir de él.
Exceptuando la coraza, que necesitaba conservar.

4 comentarios:

  1. Creo que con un cuatroporciento librado al azar, es inevitable el cambio de destino.

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  2. Esto me hizo acordar a una canción

    "Eeeeeeeeeella baila sola, baila, siempre sola" Decía el estribillo.

    Le dejo un beso gurisa. Pórtese bien.

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  3. De todas formas, en la puerta de entrada (o salida) dice bien clarito: "no se permiten ni bengalas ni corazas".

    Solos, en bolas y a los gritos.

    Besos.

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  4. Ud. me pidio una autorizacion para publicar nosequecosa???...Deale tranquila nomas....Yo tambien lo chorié. En su caso se aplica la maxima (no la de los paises bajos) "de quien roba a un ladrón, tiene cien años de perdón"....

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Ahora vos