viernes, 20 de noviembre de 2009

Puede pasar. Que una noche tormentosa a las cuatro de la mañana, cuando todavía no te pudiste dormir, veas que el cubrecamas tiene una mancha. Extraño...cuándo se volcó algo? Tan descuidada podré ser pucha...como cuando agujereaste un calzón (que tenias puesto) con una brasa de cigarrillo...tan sumergida en la lectura que cuando el tizón se sintió sobre la piel la bombacha ya tenia un irremediable agujero grande como la uña de tu meñique.
No che...que mier-da!!! goteras!
El techo con estrías lloronas. Balde, molde para tortas y la parte compoteril de la balanza fuxia, la fea esa que compraste cuando empezaste la dieta...y usaste para acumular algún palito de yerba que voló rasante y ahí quedo, una que otra astilla de cuando rallás zanahoria para la eterna lechuga-tomate-zanahoria rallada. ¿No podés preparar otra ensalada?
Pero eso no es nada eh...si casi te morís! O al menos eso pensaste cuando viste que también caía agua por la lámpara bajo consumo. Ah bueeeeeno

martes, 17 de noviembre de 2009

rotttt

un día de estos, cuando promediando las 2 de la mañana, esté volviendo de comprar puchos, caminando serena y pausadamente, flanqueada por mi perra, un rottweiler de los cinco que tiene mi vecino va a saltar la reja (usando una de las tantas minicolinas como trampolín) y me va a hacer desaparecer de un mordiscón.
después no digan que no avisé

miércoles, 11 de noviembre de 2009

sin sustancia

no se que quiero hacer con mi vida. eso nomas me pasa.

miércoles, 4 de noviembre de 2009

Ducha

El tema del baño siempre fue un issue especial para mi. No es que no me guste, ni que me demande mucho esfuerzo. Pero no soy de las personas que se lo toman a la ligera. Nada de "me pego una ducha y en media hora estoy allá".
Yo diría que es una de las pocas ceremonias, al estilo obsesivo, que forman parte de mi cotidiana existencia.
Llevar a cabo tal acción requiere de cierta preparación espiritual, por así decirlo. De mis primeros baños no tengo recuerdo, pero si son patentes los de los cuatro o cinco años.
Viene al caso comentar que el gas natural, esa comodidad de la cual no hubo noticias en mi pueblo, ni en mi casa materna hasta hace unos 10 años, no era siquiera imaginable en ese entonces. El gas era provisto por una garrafa que traía Dipi en un carrito adosado a una ranchera. E iba trasladado por pertinentes cañerías sólo a la cocina. El calefón era un tubo negro, emplazado en el lavadero, y se alimentaba a leña. Servía, entre otras cosas, para pegar los billetes erróneamente lavados. Quedaban como cáscaras de naranja secas.
Para saber cuánta agua caliente había se debía apoyar la mano en el cuerpo oscuro del calefón. Desde arriba, y bajando hasta que se sentía calor, se tenia la medida casi exacta de la provisión.
Así entonces, mi papá o mi mamá pegaban el grito de "Valentina, a bañarse...". Unos taquitos a la boca del calefón y a bañarse.
La estufa (u hogar) esta, todavía, en el living. Frente a ésta, en el suelo, iba a parar alguna camiseta sacada del cesto de ropa sucia. Si era de papá mejor, ya que la superficie aumentaba. Mientras me bañaba, mamá se encargaba de tapar la boca de la estufa con la toalla, reteniendo el calor en el entramado de la misma.
Salir de la ducha era un momento clave. Cerrar las canillas, abrir la mampara y ahí estaba mamá, con esa mariposa tibia pronta a abrazarme. Luego, velocidad a upa, y en dos segundos me encontraba parada frente a la estufa, sobre la camiseta sucia, y mamá haciendo "cortina" con la toalla.
La sensación de las gotas de agua ya tibias, irradiadas por el calor de la leña, era deliciosa. La ropa también había sido debidamente expuesta al calor. ¿El frío? ¿Qué frío? La coordinación amorosa de mamá hacía que aún en pleno julio el baño fuera disfrute.
Desde entonces el sillón individual que está casi frente a la estufa me pertenece por herencia. Algunos de mis hermanos no lo entienden aún. Abdiqué mi lugar en la mesa familiar. Pero el sillón...es irrenunciable.
Así entonces, al momento de la ducha, no solo controlo las calorías del agua. Debe estar al alfombra del baño en su lugar, la toalla bien seca, esperando a mano y la ropa presta sobre la cama. No había lugar a descuidos. Y no los hay.
Otro apartado correspondería a los elementos de tocador. Los usados en la ducha y en el antebaño suman unos...10. Las cremas de limpieza, los tónicos, las hidratantes, la crema para el cuerpo, los aceites para el pelo, desodorantes, perfumes y otras yerbas corresponden ya a mañas tardíamente adquiridas. Doblan el tiempo del baño, lo complementa.
Por eso si alguna vez te digo "me pego una ducha y en media hora estoy", pensate en algo que te entretenga una hora.