martes, 8 de diciembre de 2009

Y tres días en cama no solucionaron nada. Sigue en la retina la imagen desdoblada del gran ridículo gratuito.
Y si no fuera el centro, si mis divagaciones solo me afectaran en tanto las pienso? Desestimar el cogito, ergo sum nunca ha sido prudente.
Irse a freir hamburguesas en algún lugar lejano, dejar el tubo de planos como garantía para un futuro que no va a llegar, que acá no va a llegar. Desaparecer en un call center diez horas por día.
Y colgarme de tu espalda, acurrucarme en cada lunar, contener el aliento y decirlo: sacame de este mundo.