miércoles, 20 de enero de 2010

al morir crecemos mucho mas que todas las galaxias

lunes, 18 de enero de 2010

Proclama

Desde el rincón del potus color se-fueron-y-no-me-regó-nadie, quien redacta la presente dispone:

1- Dejar sin vigencia el lema "Dame pan y dime tonta".-
2- Distribuir los horarios de visitas en turnos diurnos, exceptuando amaneceres. En caso de acceder a un encuentro enmarcado en lo que precede, se exigirá resarcimiento (léase actividades curriculares) en compensación. La casa se reserva el derecho de admisión y permanencia.-
3 - Suspender lenguaje soez, cariñoso y/o liviano.-
4 - Ingerir en tomas cada 8 horas, preferentemente con desayuno, almuerzo y cena, un pliego de memorandum fileteado con la frase "a las palabras se las lleva el viento".-


Guárdese, publíquese, archívese y comuníquese.-



Y a la porra.

jueves, 7 de enero de 2010

Cosas que dice que pasan

Para el negro junta tuerca

El cenicero con reminiscencias setentosas dejó de funcionar. El movimiento centrípeto que mandaba las cenizas y colillas al fondo del recipiente se cansó del vapuleo. Su boca cromada se cerró y no quiso, ni una vez mas, deglutir los desechos del vicio. No mas shinnnn shinnnn. Igual usábamos la cuadripléjica tapa para que el humo despedido por innumerables celofanes no apestara el disfrute de un cigarro.
Las manos de mi negro-junta-tuerca pudieron robarle un cierto ir y venir vertical. Del shinnn shinnn ni noticias. Diagnosticaste el problema, insinuaste LA solución y a las tres de la mañana, aflojatodo en mano, aceitaste el mecanismo del cenicero y de la diferencia fundamental entre vos y yo.
Sabías que iba a pasar. Sabías que el arreglo no iba a ser tal ante quien escribe. "Pero no da vueltas..." dije, y tu carcajada tronó. "Máquinas insaciables...mujeres..." y tu mano a 48ºC se acercó con cariño para suavizar mi perplejidad.
Pero si es asi...nunca le dan en el clavo, ni en el tornillo que deje el barral de la cortina derecho. Claro que en el piso la función de la cortina se pierde. Pero si queda torcida ¡ay! hubieras dejado nomas...
Quererlas, no entenderlas, dije yo, abrumada por el atrevimiento de decirme en mi propia cama que era insaciable. Y te fuiste, cuando clareaba el día, dejandome con las ganas in-satisfechas de despertarme enredada a vos.