martes, 16 de diciembre de 2008

Ojos inquisidores

Lejano todo menos tu lengua, tus labios, tus dientes. Atrincherada tu mirada en esos ojos negros. Te busqué donde te vi la primera vez. Y te encontré. Te invité a dormir y te negaste. Entonces te ofrecí una corrida de toros. Y la batalla ganó las calles, las veredas, los palieres, un taxi y mis rincones.
Nunca supe nada de vos. No importaba que hables poco. "Me enamoré de vos pero no de vos, no se como explicarte" balbuceé hundida en tu pecho. Reíste y más me enamoré. Hasta la clavícula metida en el barro del que nada podía nacer. Reíste cuando saludé a mis vecinas con total desfachatez y el sol del mediodía tragó tu ser, sin sombras que me dieran pistas de tu rumbo.
No te volví a ver.

3 comentarios:

  1. El toro ve llegar al matador, pero rara vez lo ve irse... rara vez.

    Besos

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  2. Feliz 2009, amiga.
    Nos estamos leyendo...

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  3. Y pobre del toro cuando cree ser el matador...felices los que no ven, ni imaginan.
    Feliz año para vos también =) ya me voy para allá

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Ahora vos