viernes, 20 de noviembre de 2009

Puede pasar. Que una noche tormentosa a las cuatro de la mañana, cuando todavía no te pudiste dormir, veas que el cubrecamas tiene una mancha. Extraño...cuándo se volcó algo? Tan descuidada podré ser pucha...como cuando agujereaste un calzón (que tenias puesto) con una brasa de cigarrillo...tan sumergida en la lectura que cuando el tizón se sintió sobre la piel la bombacha ya tenia un irremediable agujero grande como la uña de tu meñique.
No che...que mier-da!!! goteras!
El techo con estrías lloronas. Balde, molde para tortas y la parte compoteril de la balanza fuxia, la fea esa que compraste cuando empezaste la dieta...y usaste para acumular algún palito de yerba que voló rasante y ahí quedo, una que otra astilla de cuando rallás zanahoria para la eterna lechuga-tomate-zanahoria rallada. ¿No podés preparar otra ensalada?
Pero eso no es nada eh...si casi te morís! O al menos eso pensaste cuando viste que también caía agua por la lámpara bajo consumo. Ah bueeeeeno

3 comentarios:

  1. Saludos Valentina!
    a ver si te sentás y escribís algo!

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  2. Si el destino del calzón reza que debe morir agujereado, la brasa del cigarro no deja de ser una alternativa mas poética que la tradicional aeroventila posterior, testigo silencioso de luchas intestinas.

    Haciendo un paralelo Faso-Humano; sería el equivalente de la alternativa de morir en un accidente de avión, antes que atropellado por un camión atmosférico en ruta 8...

    Besos, amiga.

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  3. jajajjaja recién veo su comentario DonGen...cuánta verdad en su paralelismo! No me había detenido a pensar en el destino calzonístico.
    y para retirarme me acordé del "ataja menos que calzoncillo agujereado"
    para los arqueros en su día.
    Besos Don.

    Y Palabrota, ahi le voy. Deme un changuí y será recompensado. Besos

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