lunes, 1 de febrero de 2010

Dique

Y las olas que soportaban una tormenta en el bajofondo se ahogaban en sus propios gritos. Una gaviota les supo ver la espuma espantada.
Nosotros nos reencontramos en la misma orilla. Desenredamos las algas que sentías en los tobillos arrastrándote hacia el fondo.
Y compartiendo escafandra y aire nos mandamos, a sabiendas, con dos remos y un ancla acerada. 
Vos decime, corazón.


  

No volvimos a probar ese beso en que te respiraba. Pneuma en el mirador de San José. Recorrí el libro pero no apareció la descripción. Quizás me lo inventé.

3 comentarios:

  1. Anónimo2/2/10, 5:35

    Quizás no lo volviste a probar porque es como respirar, casi ni se nota o porque cada beso es una contravención. Buen viaje! a mí se me pinchó una vela pero ya arranco eh!. Besos, Srta.

    ResponderEliminar
  2. que susto! creí leer "Desenredamos las nalgas que sentías en los tobillos..."

    Y si, uno a veces se inventa cosas, amiga.

    Besos.

    ResponderEliminar
  3. Le vamos a preguntar a Alessandra sobre el beso y lo vamos a mirar en Cosmopolitan TV (no me gusta pero con tal de verlo sufrir lo dejo jeje)

    No don gen! inventamos varias cosas pero ninguna nos ha dejado con las nalgas en los tobillos...o si?

    ResponderEliminar

Ahora vos